miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL JARDIN DE FRANCIA (Parte I)


La primera vez que visité las orillas del Loira, fue justamente hace diez años. Vivía momentos muy difíciles a nivel personal, de zozobra, y con aquel viaje buscaba mi particular locus amoenus en el que evadirme de mis pesares,  un paraíso oculto en el que pasear deambulando por sus  magníficos castillos atravesando sus extensos y bien cuidados jardines protegidos por frondosos bosques y bordeados por coloridos parterres, donde tanta belleza y sentimiento agradable, me hiciera olvidar una realidad siempre pasajera.

Me gustó tanto, que me propuse el volver, eligiendo este año de sentimientos  colectivos coincidentes en los mios retrospectivos, partiendo del recuerdo de los ya vistos (Blois, Chaumont, Cheverny, La Pagode, Montsoreau, …) a los ya más clásicos chateaux  (Chambord, Amboise, Chenonceau, Azay le Rideau,…) o nuevos descubrimientos que paso a enumerar brevemente. También ha sido tiempo de recorrer el centro de las bien cuidadas ciudades francesas (Orleans, Tours, Chartres o Le Mans) y sus amplias abadías (Solesmes o Fontevreaud), y siempre con  el propósito de descubrir nuevos lugares.

Lo más pintoresco quizá sea el Castillo de Ussé, en el que se inspiró el escritor de cuentos francés Charles Perrault para contarnos la historia de la Bella Durmiente, o los jardines perfectos del Chateau de Villandry, con su magnificente cosecha de frutos añadida, o tal vez Saumur con su burgo rendido a sus pies por el Loira.

En Chinon nos encontramos con otro escritor, Rabelais, que creó al gigante Gargantua pensando sin duda en sus imponentes muros, sin olvidar a Juana de Arco, omnipresente en todos los recorridos. En Chartres, impresiona el interior de su Catedral gracias a sus magestuosas vidrieras. Este lugar sagrado de los druidas galos en el pasado, es algo impresionante si disfrutas de un día luminoso y despejado como a nosotros.

En la Gran Abadía de Fontevraud, nos encontramos con una serie de conciertos simultáneos de música antigua en sus extensas dependencias. Es un gran hallazgo descubrir los leones de los duques de Normandía de nuevo (Monasterio de las Huelgas en Burgos), junto a los enterramientos de Leonor de Aquitania, su marido Henry Plantagenet de Inglaterra y de su hijo el Rey Ricardo Corazón de León. Una visita posterior a la Clos Lucé disfrutando de los artefactos ideados por el gran Leonardo da Vinci, me hace reflexionar acerca que sin duda hemos visto el lugar de descanso de varios de los grandes personajes históricos europeos, a los que hemos de ver como buenos ejemplos de tenacidad o arquetipos, si queremos construir una Europa con futuro.

Las crisis sólo evidencian profundos cambios en nuestras vidas que hay que sobrellevar con dignidad, paciencia y sosiego.

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