La primera vez que
visité las orillas del Loira, fue justamente hace diez años. Vivía momentos muy
difíciles a nivel personal, de zozobra, y con aquel viaje buscaba mi particular
locus amoenus en el que evadirme de mis pesares, un paraíso oculto en el que pasear
deambulando por sus magníficos castillos
atravesando sus extensos y bien cuidados jardines protegidos por frondosos bosques y
bordeados por coloridos parterres, donde tanta belleza y sentimiento agradable, me
hiciera olvidar una realidad siempre pasajera.
Me gustó tanto, que
me propuse el volver, eligiendo este año de sentimientos colectivos coincidentes en los mios retrospectivos,
partiendo del recuerdo de los ya vistos (Blois, Chaumont, Cheverny, La Pagode, Montsoreau,
…) a los ya más clásicos chateaux (Chambord,
Amboise, Chenonceau, Azay le Rideau,…) o nuevos descubrimientos que paso a
enumerar brevemente. También ha sido tiempo de recorrer el centro de las bien
cuidadas ciudades francesas (Orleans, Tours, Chartres o Le Mans) y sus amplias
abadías (Solesmes o Fontevreaud), y siempre con el propósito de descubrir nuevos
lugares.
Lo más pintoresco
quizá sea el Castillo de Ussé, en el que se inspiró el escritor de cuentos
francés Charles Perrault para contarnos la historia de la Bella Durmiente, o
los jardines perfectos del Chateau de Villandry, con su magnificente cosecha de
frutos añadida, o tal vez Saumur con su burgo rendido a sus pies por el Loira.
En Chinon nos
encontramos con otro escritor, Rabelais, que creó al gigante Gargantua pensando
sin duda en sus imponentes muros, sin olvidar a Juana de Arco, omnipresente en
todos los recorridos. En Chartres, impresiona el interior de su Catedral gracias
a sus magestuosas vidrieras. Este lugar sagrado de los druidas galos en el
pasado, es algo impresionante si disfrutas de un día luminoso y despejado como a nosotros.
En la Gran Abadía
de Fontevraud, nos encontramos con una serie de conciertos simultáneos de
música antigua en sus extensas dependencias. Es un gran hallazgo descubrir los
leones de los duques de Normandía de nuevo (Monasterio de las Huelgas en
Burgos), junto a los enterramientos de Leonor de Aquitania, su marido Henry
Plantagenet de Inglaterra y de su hijo el Rey Ricardo Corazón de León. Una
visita posterior a la Clos Lucé disfrutando de los artefactos ideados por el
gran Leonardo da Vinci, me hace reflexionar acerca que sin duda hemos visto el lugar
de descanso de varios de los grandes personajes históricos europeos, a los que hemos de ver como buenos ejemplos de tenacidad o arquetipos,
si queremos construir una Europa con futuro.
Las crisis sólo evidencian profundos cambios en nuestras vidas que hay que sobrellevar con dignidad, paciencia y sosiego.
Las crisis sólo evidencian profundos cambios en nuestras vidas que hay que sobrellevar con dignidad, paciencia y sosiego.
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